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A medida que exponemos la piel al sol, contaminación, cansancio o al estrés se va ralentizando su capacidad de regeneración. Es entonces, cuando aparecen más fácilmente las arrugas, las imperfecciones y las manchas.
Existe una varita mágica para la piel, y es la microdermoabrasión con punta de diamante. Hace posible la metamorfosis de la piel hasta el punto en que a simple vista se muestra fresca, lisa, con mejor tono y radiante incluso sin maquillaje.
La punta de diamante estimula la regeneración celular en la piel cansada. También permite reducir los defectos pigmentarios gracias a su efecto exfoliante y renovador. Entre muchas de sus funciones destacaríamos las siguientes como pioneras en apreciar su efecto.
- Prepara la piel para un maquillaje de gala o cualquier otro evento complementándose con la radiofrecuencia facial para conseguir un efecto tensor.
- Para atenuar las primeras arruguitas de expresión en pieles jóvenes.
- Se indica en pieles con cutis apagado, irregularidades tanto sebáceas como en el tono y poros dilatados.
- En el tratamiento de cicatrices residuales de acné bien asociado a peeling químicos y/o rellenos para elevar el relieve de las mismas.
- Mejora estética de las estrías aclarando su tono y disolviendo su profundidad.
Con esta técnica podemos tratar la piel del rostro, cuello, escote, manos y zonas localizadas de piel corporal. El resultado es una piel perfecta y aterciopelada con un tacto sedoso.